miércoles, 24 de marzo de 2010

Esferográfica

Mi pluma toma la forma de un ser de afilados dientes y corazón ausente que se hace llamar Amor, poderoso y mutante pero a la vez débil e inamovible. Y mientras mi mano y bolígrafo se fusionan, mi cabeza da vueltas pensando en aquella mujer que victima de un repentino “cambio de humor”, me dejo y se fue a vivir con la otra, esa otra que era mi amiga y que termino siendo su amiga, y cada instante soy más pluma y menos yo, y hasta dejo caer en las escupideras babas negras o azules o algunas veces tinta roja.


Mientras más esferográfico soy más entiendo el amor, veo desde la ventana que me crucifica al abrirla, a las parejas que de la mano caminan por el parque, oigo a los matrimonios discutir por todo para después arrancarse las ropas en reconciliación, descubro amantes y amados y uno que otro descarrilado.


Mi pluma toma mi cuerpo por completo, ya no soy más el hombre que antes fui, y huyo del papel y me escondo entre las cosa ya que no atino a escribir sobre mi, intento evadir la mano que me toma y ya en ella, me fusiono otra vez, pues no vaya a ser, que hoy este de suerte (que el azar baraje mi destino y al repartir me de corazones) y mi nuevo portador si sepa hablar de amor.


J. R. Díaz

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