lunes, 21 de marzo de 2011

La penúltima plaga

Manchado de oscuridad pura Dante decidió darle fin a su miedo y con el palo de la escoba rompió la bombilla que iluminaba su habitación haciendo brotar un rio de negrura que le empapó los pies y heló la sangre.

La noche siguiente, ávido de sombras destruyó el gran farol que adornaba su jardín trasero e inmerso en un el lóbrego chorro que de ahí emanaba acerco el cuerpo para mojarse por completo sintiendo así un escalofrío que lo recorrió de pies a cabeza.

Ansioso le dio a la oscuridad garras para devorar la luz, esperando con esto superar su temor y así, poco a poco y foco a foco las sombras se apoderan de cada rincón y nos inundan con putrefactas tinieblas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario